lunes, 27 de septiembre de 2010

Al Lado del Camino - Elan (Con letra) Video Oficial

Al lado del camino...

Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa
Me gusta abrir los ojos y estar vivo
Tener que vérmelas con la resaca
entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada
Vivir atormentado de sentido, creo que esta, sí,
esta es la parte mas pesada

En tiempos donde nadie escucha a nadie

En tiempos donde todos contra todos
En tiempos egoístas y mezquinos
En tiempos donde siempre estamos solos
Habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado
Yo ya no pertenezco a ningún ismo
me considero vivo y enterrado
Yo puse las canciones en tu walkman
el tiempo a mi me puso en otro lado
Tendré que hacer lo que es y no debido
Tendré que hacer el bien y hacer el daño
No olvides que el perdón es lo divino
Y errar a veces suele ser humano

No es bueno nunca hacerse de enemigos

que no estén a la altura del conflicto
Que piensan que hacen una guerra
y se hacen pis en la cama como chicos
Que rondan por siniestros ministerios
haciendo la parodia del artista
Que todo lo que brilla en este mundo
tan solo les da caspa y les da envidia

Yo era un pibe triste y encantado

de Beatles, Caña legui y maravillas
los libros, las canciones y los pianos,
el cine, las traiciones, los enigmas
mi padre, las cervezas, las pastillas, los misterios, el whisky malo,
los óleos, el amor, los escenarios
el hambre, el frío, el crímen, el dinero y mis 10 tías
me hicieron este hombre enreverado
si alguna vez me cruzas por la calle
regalame tu beso y no te aflijas

Si ves que estoy pensando en otra cosa

no es nada malo es que paso una brisa
la brisa de la Muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino
Mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino

Me gusta estar al lado del camino

fumando el humo mientras todo pasa
Me gusta regresarme del olvido
para acordarme en sueños de mi casa
El chico que jugaba a la pelota
del 49585
nadie nos prometio un jardín de rosas
hablamos del peligro de estar vivos

No vine a divertir a tu familia

mientras el mundo se cae a pedazos
Me gusta estar al lado del camino
Me gusta sentirte a mi lado
Me gusta estar al lado del camino
Dormirte cada noche entre mis brazos
Al lado del camino
Al lado del camino
Al lado del camino
Es mas entretenido y mas barato
Al lado del camino
Al lado del camino.

Fito Paez

lunes, 20 de septiembre de 2010

Lady Antebellum - Need You Now

Decir adios... o hasta luego?

Música sugerida: "I need you now" de Lady Antebellum.


Pasó el invierno. Los días se alargan, el clima se templa, y las posibilidades de disfrutar se vislumbran renovadas en las sonrisas dibujadas de los transeuntes. La atmósfera rosarina se describe con la palabra "movimiento". Una oscilación que va pendular, entre los amagues de encierro por los últimos coletazos de un viento frío, desubicado en el tiempo, y la euforia por absorber el sol que se promete.
El parque al lado del río, rebosa de sonidos y fluidez, gente que va y viene, que se observa sin mirar, bullicio que se oye, sin escucharse. En la mesa de Flora, sentados de cara al río, Ale, Ario y yo, ensayamos una suerte de filosofía estacionaria. Mezcla de balance y visión de futuro. Proyectos laborales truncados, amigos que volvieron, amores que no fueron.
Ario, con la practicidad que lo caracteriza, sentencia: "Lo importante, es vivir en lo que existe; en el ahora. El resto no tiene sentido. Hay que desapegarse, aprender a decir ADIOS".
Nosotros acordamos con el convencimiento que surge frente a una verdad aplastante. Sí, sí. Hay que decir adios y seguir adelante. 
No se si es una cuestión de química nuestra, o es el común de las reuniones de amigos. Pero cuando estamos juntos, parece que esas cuestiones existenciales, se revelasen transparentes, sencillas y hasta obvias.
Volví a casa pensando en esos recuerdos que me construyeron y todavía me duelen con una actualidad pasmosa. Amigos que se fueron, situaciones que ya se vivieron, el amor concluso que me paralizó. 
Instantáneamente, me vino a la mente Nuñez. Hace un año en honor a la verdad, tomé coraje (o huí?) de esa relación a distancia que puedo decir sin titubear, fue el amor de mi vida. Recordé las veces que tuve que contenerme merced de mi voluntad, de no marcar su número y llamarlo para escucharlo reir. Las memorias que me sustraen del mundo, y me sumen en un filme mudo de anécdotas vividas. Los mates en el parque en Rosario y en capital, los regalos que nos hicimos, las cenas, las salidas, los besos, los te quiero...  
Saben mis silencios y mis afectos más cercanos, las lágrimas que aprendí a llorar cuando se terminó. Sí... ¡Y ese dolor! Que se dibuja como un hueco, un pozo insondable que fagocitó todo en mi vida. Me quedé sin risa, sin llanto, sin colores... Antes de vivirlo, si leía o escuchaba de alguien pasar por algo así, creía que se trataba de un exceso de dramatismo, o una falta de emociones en la vida. Pero me equivoqué. Llegué a prohibir decir su nombre en un ridículo intento de olvidar (o negar). 
Nada sirvió, y la vida continuó.
Sin dudas, debería decir adios. Pero ahí redica la trampa, "deber" no es "querer". Y cuando creo haberme desprendido del elefante que se sienta a mi pecho cada vez que recuerdo a Nuñez, aparece un mensaje suyo, o una invitación a alguna red social. Y mi pulso se acelera, sin perder la certeza de lo que ya fue...
Sin dudas, la vida es movimiento, entradas y salidas, encuentros y despedidas, pero hay situaciones y personas, a las que a veces no les podemos decir adios, sino un tímido (¿y esperanzado?) hasta luego...




Desde el ovnirosarino

jueves, 5 de agosto de 2010

500 Days Of Summer (2009) Soundtrack 11- Hero

Puertas y portazos...

Música sugerida:"Hero" de Regina Spektor.

Una ola polar... Gente arrebujándose en camperones y abrigo que nunca alcanza. Caminando como vectores, directos, sin casi intercambiar miradas. Certeros a los lugares a los que deben ir. Ni el invierno hace cesar el movimiento urbano, pero lo dota de un matiz impersonal. Donde las miradas ya no están en el afuera, sino vueltas hacia adentro. El viento cortante zumba, y Rosario invita desde las vidrieras de los bares a las pausas reflexivas de los encuentros entre amigos.
Me suena el celular volviendo del trabajo; un mensaje de Ti citándome para un café en media hora. Me cambio, me enfundo ropa oscura y gorro de rigor, y empiezo a caminar calle Córdoba. Cruzo plaza San Martín, sigo directo al centro. Miro de refilón mi reflejo en las vidireras, y noto mi radiante palidez... Me convertí en toda una creatura del invierno rosarino.
Entro en el Mc Café y enseguida me embarga el bullicio y la calidez del refugio concurrido. Con capuccinos en la mesa y vasos grandes de soda, nos ponemos al día de nuestras vidas. La puerta trasnparente no cesa su vaivén, como un testimonio de que la vida circula en la ciudad, con calor propio, en forma de su gente.
Ti me cuenta que Lupo conoció a un farmacéutico, y que instantáneamente comenzaron a planear un ensayo de noviazgo. Lupo tiene una vena muy práctica, basta hablar con el quince minutos, para saber que se anima a abrir puertas, experimenta, se asoma, se alegra, se frustra... no teme. Según él, la oportunidad no es más que adentrarse entero a lo que puede ser.
Con el calor del café, salimos a plantar cara al gélido paisaje. Caminamos en el paisaje plomizo del happy hour, donde circula la gente camino a las mesas resguardadas, sin perder un minuto.
Personas que entran y salen, que est´´an en la calle lo necesario para poder llegar a estar en otros lados.
Llegamos a una tienda y nos metemos dentro, un empujón de aire me saca la puerta d ela mano, y un portazo anuncia que entramos al local. Mientras miramos lo que se ofrece y ensayamos situaciones donde usaríamos los atuendos interesantes, me cuenta Ti que aún sigue viendo qué puede llegar ocurrir con respecto al chico con el que se está viendo. No han establecido el contacto que él hubiese esperado en un noviazgo, pero hay algunas situaciones y sentimientos que le dicen que quizás sea algo más que simples encuentros informales. Decidió que dejará las cosas fluir y que se acomoden como deban ser. Ti, con la paciencia del que es optimista y cauto, dejará la puerta entreabierta.
Me compro un saco que está a muy buen precio, que deberé esperar a días más cálidos para estrenarlo. Mientras Ti me acompaña un par de cuadras volviendo del centro, caminamos y hablamos sobre cómo resulto mi reencuentro con un ex. Volvió de Europa hace un par de meses y nos hemos encontrado intermitentemente en distintas fiestas y salidas, a veces con cruces pautados, otras veces por las vicisitudes de una ciudad no muy extensa. Me pregunta qué tal salió una cita que había tenido con el sujeto en cuestión, en la cual fuimos a comer a Sana Sana, uno de mis restos favoritos, por el menú vegetariano. Y contesto con una verdad contundente. Sinceramente, lo quiero mucho, pero creo que esa historia está cerrada. Hay un cariño que permanecerá siempre, pero el momento de que hubiese podido germinar en algo mas, pasó con las estaciones y los meses. Se me revela mi naturaleza tajante respecto a decisiones tomadas. No habrá vuelta atrás con él. Esa historia se cerró con un portazo.
Me despido de Ti, subo al ascensor, y pienso en la analogía de las puertas y las elecciones... Abrimos puertas, con timidez o determinación... A veces, las mantenemos abiertas, para poder saber con certeza cuál será el siguiente paso a dar, o por imposibilidad de concluir situaciones... Otras, elegimos terminar, cerramos la puerta a algo vivido, construímos un recuerdo; Con el peso de una epifanía seguida de un portazo, o con la sutileza de una despedida amable, de algo que fluye hacia la dispersión.
No hay gran ciencia en elegir, más que el coraje de abrir, asomarse, entrar o cerrar y seguir. Puede que sea incierto, agotador, hasta frustrante, pero al menos yo, cuento con laderos de lujo, amigos de "fierro" que se paran a mirar conmigo por las cerraduras, con un café de por medio.
Que siga la ola polar azotando puertas y ventanas... 

Desde el Ovnirosarino.

jueves, 22 de julio de 2010

A los cuarenta...


Música sugerida: "Waiting in vain",  Annie Lennox
A los 40?

40 años, mitad de una vida (bueno de una vida normal, hasta los 80, ¿cuánto piensan vivir?, más de 80?, ok, pero sepan que no tiene gracia mearse y guardar los zapatos en la heladera).
A los 40 uno empieza a pensar en la vida útil que le va quedando no?, unos 20 años más?. Con vida útil me refiero a los años de vida restantes en los cuales el cuerpo todavía va a poder responder a los estímulos, con mediana velocidad y resistencia (como el club).
En fin, cuánto tiempo queda por compartir dignamente con este cuerpo que se va muriendo?.
Entonces además del apuro del tiempo que pasa implacable, uno, a esta edad,  se supone que además debería ser adulto, hace rato, o sea, debería haber aprendido a pensar con la cabeza fría, de acuerdo a las posibilidades reales, planificando un futuro, etc, etc.
Y si uno se encuentra solo a esta edad (soltero, divorciado, viudo, con o sin hijos), y uno no quiere estar solo, la pregunta del millón empieza a ser, me vuelvo a enamorar o me busco un compañero/a que no me rompa los huevos?  
Me interesa volver a sentir la chispa, el vacío en el estómago, las maripositas?, o quiero mirar una peli, comer una pizza, y si no hay pasión, cariño, mimitos, no importa?
En el milagro de la chispa, se nos abre una puerta en el pecho y sale un haz de luz de cada una de las personas involucradas, y la conexión que se logró en ese instante, es única y exquisita. Un milagro que se activa con un beso, una mirada, un roce, lo que sea. Es energía pura, no necesita mediar contacto.
El compañero de la peli y la pizza, se va logrando con el tiempo, a fuerza de amoldarse y enmudecer, no es un milagro.
A los 20 uno es completamente visceral, se manda, salta sin red, se suicida en cada encuentro con otro ser humano.
Quizás a partir de los 27 años, hasta casi los 40, uno se va poniendo cada vez más cerebral, menos improvisado, más de cartón. Para no sufrir?, quizás.
Y sorprendentemente, a los 40, quizás por percibirnos mortales, volvemos al comienzo de la rueda, y retomamos lo visceral.
Empezamos a preferir un minuto vivido a full, que meses y meses de compañía fría y desgastada.
El encuentro romántico abre puertas del alma, que ninguna otra cosa logra abrir. Uno explota desde adentro y deja escapar vida pura. El poder que sentimos cuando estamos enamorados, nos iguala a los dioses. Y la química se logra con esa única persona, que no sabemos quien es, y que en cualquier momento lo tenemos enfrente nuestro.
Y una vez que ocurre, dura para toda la vida así?, no necesariamente. Puede que haya sido sólo ese momento. Para toda la vida, lo único que queda, es el recuerdo de haber sido parte de un milagro.
Valdría mucho la pena encontrar a la persona que nos encienda la chispa, con quien también podamos ver la peli y comer la pizza…
Para eso, y cuando el corazón lo indica, hay que dejarse llevar, abrir las puertas, entregarse, quedar expuesto, saltar sin red…estás dispuesto?

De la pluma de Uma